ANORA (2024)
Dirección: Sean Baker
A los 53 años, el director y guionista estadounidense Sean Baker es reconocido por sus películas independientes que exploran las vidas de personas marginadas, especialmente inmigrantes y trabajadoras sexuales. “Tangerine” (2015), “Florida Projet” (2017), o “Red Rocket” de 2021, son films donde estos personajes, aparentemente simples, pero con complicaciones subyacentes, transitan por sus vidas, con un enfoque humanista de este realizador.
Su última película y la de mayor presupuesto, “Anora” se estrenó en el Festival de Cine de Cannes, donde ganó la Palma de Oro.

Con los primeros títulos, Baker tira toda la carne al asador, en cinco minutos de voluptuosidad erótica al ritmo de “Greatest Day”, en el local donde trabaja Ani (Mikey Madison) frotando su cuerpo sobre sus clientes al ritmo de la música.
Al tiempo aparece Ivan (Mark Eydelshteyn), el hijo mimado de un oligarca ruso que está de vacaciones en New York, quien pide una escort que hable ruso. Como Ani entiende el idioma, lo acompaña a un sector privado. Del privado pasan a una fiesta de Año Nuevo en la gigantesca mansión junto al mar, en Brooklyn, donde Ivan pasa su tiempo libre, pero que es propiedad de su padre.
Por 15 mil dólares comparten una semana a puro sexo y fiestas en una sucesión frenética de escenas a todo ritmo, hasta que viajan a Las Vegas y se casan. ¿Final feliz? Desde luego que no.

El diseño de producción de Stephen Phelps y la dirección de fotografía de Drew Daniels, junto a la esposa y productora de Baker, Samantha Quan, hacen que la película funcione visualmente, creando ambientes lujosos, con todos sus detalles, de acuerdo al guion del director, con otros que contrastan, en lugares menos glamorosos, como el departamento compartido donde vive Ani, o con personajes rústicos, como los tres enviados por el patriarca ruso para disolver ese matrimonio, que Ani defiende con uñas y dientes, a alarido puro cuando le quitan su millonaria sortija. Karren Karagulian como Toros, Yuriy Borisoi como Igor y Vache Tovmasyan como Garnick ensayan con Ani torpes artimañas obedeciendo a su jefe, en escenas que parecen una slapstick comedy.
En “Anora” el mensaje del director se capta perfectamente, en su esfuerzo por mostrar el costado gris del sueño americano, pero pienso que el problema de la película es que padece de infantilismo. Ani es infantil, a pesar de sus 23 años, y teniendo en cuenta a lo que se dedica. Ivan es más infantil aún y los tres mensajeros de su padre también lo son, a pesar de que el final intenta ser conmovedor. Sin embargo, no llega al corazón.
Género: Comedia dramática. Duración: 139 minutos. En cines.
Hebe Girardo
22/1/2025
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