Galardonada con la Palma de Oro en el Festival de Cannes, presentada en el Festival de Toronto (TIFF), y con varias nominaciones de la Academia, incluyendo Mejor Película, “Parasite” es una obra maestra, y su realizador surcoreano, uno de los mejores directores de la actualidad.

El planteo inicial presenta a un padre de familia, Kim Ki-taek (Song Kang-Ho), que sobrevive, junto a su mujer y dos hijos, en una mísera vivienda en los suburbios, obteniendo algún dinero vendiendo cajas de pizza y robando wi-fi de un bar cercano. 

Min, un amigo de Ki-woo (Choi Woo-shik), el hijo varón de esta familia, le propone presentarlo como tutor de inglés de Da-hye, una jovencita adinerada, que vive con sus padres y su hermanito menor en una lujosa casa. Ki-woo duda, pues se siente un perdedor, sin auténticas credenciales para el trabajo, pero finalmente acepta. 

En tono de sátira y con escenas hilarantes y muy tiernas, los cuatro miembros de la familia pobre, se enquistan en esta residencia suntuosa de la familia Park, también de cuatro integrantes. Ki-jung, la hermana de Ki-woo, como tutora de arte del pequeño hermanito y poco después su padre y su madre reemplazan al chofer y al ama de llaves. Cuatro farsantes con un plan perfecto.

Con una impecable narrativa visual, ritmo sostenido y la brillante colaboración del director de fotografía Hong Kyung-pyo (“Burning”), la trama avanza hacia lo insospechado, manteniendo el suspenso, donde la cámara descubre espacios interiores inquietantes y sucesos que van desbaratando ese perfecto plan hasta la desmesura y transformando el film en un thriller hacia el final.

Sin pretensión moralista ni aleccionadora, Bong Joon-ho pone la mirada en la desigualdad social, la frivolidad y el desprecio que sienten algunas personas hacia otras. Las alusiones a los olores de la pobreza, las crudas imágenes en la secuencia de la lluvia torrencial, y planos que hablan por sí solos, conmueven sensiblemente en este sentido e imprimen gran potencia dramática, cerrando el desgraciado círculo de indignidad que subyace en el sistema social de superficie límpida y opulenta.

Sin duda “Parasite” es una película para mirar, admirar, ver más de una vez y analizar, como uno de los grandes films de la historia del cine.

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