THE BRUTALIST (2024)
- Estudiocine
- 21 feb
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THE BRUTALIST (2024)
Dirección: Brady Corbet
A los 36 años Brady Corbet ha tenido una variada carrera, ya sea como actor, en películas como “Fuerza Mayor” o “Clouds of Sils María” entre otras, también como guionista en “Vox Lux” o como director en la miniserie “The Crowded Room”. “The Brutalist” es su segundo trabajo en largometraje y ha venido sumando premios desde su estreno en el Festival de Cine de Venecia del año pasado.

Los personajes del guion de Corbet y Mona Fastvold son de ficción, pero bien podrían ser parte de una realidad histórica, que abarca una línea de tiempo desde la posguerra hasta 1980, con un metraje de 215 minutos, dividido en dos partes, con un intervalo de 15 minutos, en los que permanece en pantalla la foto de una boda, la del protagonista László Tóth (Adrien Brody) un brillante arquitecto húngaro y su esposa Erzsébet (Felicity Jones).
“The Brutalist” abre cuando László sale del barco que lo trae a los Estados Unidos, como sobreviviente del campo de concentración de Buchenwald e instantáneamente aparece en pantalla la neoyorquina Estatua de la Libertad invertida, un claro anuncio de lo que vendrá, mientras resuena la frase de Goethe: “Nadie está más desesperadamente esclavizado que aquellos que falsamente se creen libres”.
László se dirige a Pittsburgh, donde su primo Attila (Alassandro Nivola) lo aloja por un tiempo, hasta que su esposa Audrey (Emma Laird), valiéndose de una calumnia, lo echa. Sin embargo, durante sus días en la mueblería de Attila, László conecta con una acaudalada familia, para remodelar la biblioteca de su mansión. El propietario de la residencia, Harrison Lee Van Buren (Guy Pearce), un plutócrata extravagante se convierte en mecenas de László, encargándose de un centro comunitario en homenaje a su madre. La performance de Guy Pearce es tan sutil, con sus arranques de histeria y su sensual hedonismo, que casi se puede adivinar lo que vendrá en la segunda parte del film, que pone de manifiesto toda su vileza.

La dirección de fotografía de Lol Crawley abunda en primeros planos y encuadre ajustado en cada una de las escenas, creando la ilusión de una película de altísimo presupuesto, cuando, en realidad, no fue así y el score de Daniel Blumberg es imponente. Hay escenas muy conmovedoras, como cuando László le explica a Harrison lo que piensa de la arquitectura, en el sentido de que la historia avanza, pero los edificios siguen ahí, donde se construyeron. En definitiva, esa es la esencia del brutalismo, una corriente artística de posguerra, con sólida mampostería de hormigón, aplicada en edificios de gran tamaño que perduran en el tiempo.
Todo el reparto funciona con equilibrio. Felicity Jones arrasa en la segunda parte y Adrien Brody, a quien la cámara sigue con insistencia, brinda todos los matices de este personaje altivo, tenaz, que no traiciona su judaísmo ni su estirpe húngara, a pesar de sus adicciones y contratiempos. Sin duda, es el mejor trabajo de su carrera, merecedor de todos los premios que se le están otorgando y quizás su segundo Oscar, después de “El Pianista” de Roman Polanski.
En definitiva, “The Brutalist” es una larga historia donde confluyen muchos temas como la violencia, el desamparo, la desigualdad social y la inmigración.
Género: Drama. Duración: 215 minutos. En cines.
Hebe Girardo
21/2/2025
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