“FUE LA MANO DE DIOS” (È Stata la Mano di Dio) Italia/2021
Dirección: Paolo Sorrentino
En la última edición del Festival de Venecia, el director napolitano Paolo Sorrentino, recibió el León de Plata por “Fue la Mano de Dios”. Muy emocionado, luego de varios agradecimientos, recordó su drama personal, que llevó a la pantalla grande. Ganador del Oscar en 2014 por “La Grande Bellezza”, Sorrentino es uno de los directores más reconocidos de cine y televisión, dentro y fuera de Italia.
Hace algunos días, cuando el film se estrenó, declaró a Esquire:
“La película ha estado en mi mente desde siempre. Durante muchos años no tuve el valor de escribirla. Con el tiempo encontré el valor para escribirla pero no para hacerla. Y finalmente encontré el coraje para hacerla” (1)

La película, personal e intimista, abre con una bellísima vista del golfo de Nápoles, como si fuéramos en helicóptero, recorriendo la costa, hasta encontrarnos con los Schisa, una típica familia napolitana de la década del 80.
La voluptuosa Patrizia (Luisa Ranieri) espera el bus, cuando se acerca un coche que la lleva a una casa para ver al “monjecito”, quien supuestamente la “bendecirá” para quedar embarazada. Cuando regresa a su casa, nada de eso ocurre, porque el marido celoso, le propina una paliza por llegar tarde. Desequilibrada, Patrizia llama a su hermana María (Teresa Saponangelo) con su esposo Saverio (Toni Servillo) y su hijo Fabietto (Filippo Scotti), un adolescente de 17 años, hipnotizado con la sensualidad de la tía Patrizia.
Así, Sorrentino presenta a sus personajes, en diversos momentos de su vida cotidiana, sus costumbres y rabietas, en una especie de acuarela de color regional, con bastante humor. Sin duda el centro de atracción es el joven Fabietto, pues a través de él conoceremos a sus padres, Saverio y María, en los momentos románticos, cuando proyectan una casa de vacaciones, o cuando la furia de María se desata, ante la infidelidad de su marido.
Entonces, estalla la euforia, el Napoli compra a Diego Maradona y todos se sienten como si vivieran en el Reino de Nápoles. Saverio le regala a Fabietto un abono para ver los partidos. Tal es la ilusión de Fabietto con el ídolo, que cuando su hermano Marchino (Marlon Joubert) le pregunta si prefiere “tirarse a la tía Patrizia” o tener a Maradona en el Napoli, Fabietto elige lo segundo, entre risas, en un diálogo lleno de ternura.
Lo que le ocurre después a Fabietto, cambiará para siempre el curso de su vida, dejando paso a la segunda parte del film, más solemne y nostálgica, con algunas escenas inesperadas, como su encuentro con la Baronesa (Betty Pedrazzi) o prestando oído a su mentor que le dice “no te derrumbes”.
La dirección de fotografía de Daria D’Antonio hace justicia a la belleza natural del sur de Italia, con ese mar espléndido, el puerto, sus casas y calles hacia lo alto de la cadena montañosa que rodea a la ciudad y las galerías subterráneas, testimonio histórico de la antigüedad. Contraste pintoresco entre lo sacro y lo profano, donde el reparto de actores y actrices se mueven con tal naturalidad, como si estuvieran en su propia casa. Filippo Scotti, con sus 21 años, se perfila como un gran actor, con su conmovedora interpretación de Fabietto, un joven que sueña con ser director de cine. Como diría qualche itálica abuelita, ma che bel ragazzo c'è qui!
Género: Drama/Comedia. Duración 130 minutos. Disponible en Netflix.
(1)
Hebe Girardo
18/12/2021
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