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JOJO RABBIT UN ESTRENO MUY ESPERADO

JOJO RABBIT (2019)

Dirección: Taika Waititi

No son muchas las veces que el cine se ha acercado al tema del nazismo en tono satírico, desde que Charles Chaplin creó “El Gran Dictador” en 1940, a comienzos de la Segunda Guerra Mundial. Ciertamente, es muy difícil hacerlo, teniendo en cuenta la magnitud de los hechos. La magnífica película de Roberto Benigni de 1997 “La Vida es Bella” y la realización alemana de David Wnendt “Ha Vuelto” de 2015, son dos ejemplos de films que salieron airosos del desafío, sin herir suceptibilidades.

El director, guionista y comediante neozelandés Taika Waititi emprendió el comprometido proyecto de “Jojo Rabbit”, basándose en la novela de Christine Leunens, luego de su éxito con el MCU film “Thor: Ragnarok” de 2017. Un cambio de ruta sorprendente.

“Jojo Rabbit” cuenta la historia de un tímido niño de diez años, Johannes “Jojo” Betzler (Roman Griffin Davis, toda una revelación) inicialmente en un campamento de entrenamiento para la juventud hitleriana (HJ) dirigido por el Capitán Klenzendorf (Sam Rockwell). Jojo es un nazi idealista que conversa con su amigo imaginario interpretado por Taika Waititi, como el mismísimo Hitler, pero cuando llega el momento de pasar a la acción, fracasa y vuelve a su casa, de puerta verde, junto a su madre Rosie (Scarlett Johansson). Sorpresivamente descubre que Rosie tiene escondida en el ático a una jovencita judía, Elsa Korr (Thomasin McKenzie). La alusión a Ana Frank es clarísima.


A partir de este hallazgo y con varios reveses, se va construyendo una relación de confianza entre Jojo y Elsa, al mismo tiempo que se derrumba el vínculo que el niño tenía con el nazismo, precipitando el final.

Así es como la película va alternando secuencias de Jojo con su madre Rosie, sabiamente interpretada por Scarlett Johansson, vestida como tirolesa, que aporta sensibilidad, dulzura e histrionismo a su personaje; con el descubrimiento que el chico hace de Elsa, que no es un monstruo con cuernos, ni duerme colgada como los vampiros, como le habían hecho creer, sino que es un ser muy triste y adorable. Thomasin McKenzie, a quien hemos visto recientemente en “The King”, compone a Elsa conmovedoramente.

Radiante fotografía con nítidos verdes y rojos, de Mihai Malaimare Jr. y banda sonora compuesta por el experimentado Michael Giacchino (Jojo’s Theme o Rosie's Nocturne) con agregado de temas de Tom Waits, The Beatles y David Bowie, entre otros, completan esta satírica comedia negra de 108 minutos, que también sale airosa de la audaz premisa inicial.



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